El estado de la crítica literaria durante la dictadura: la irrupción del feminismo como práctica de lucha antihegemónica

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Patricia Espinosa

Resumen

No recuerdo bien dónde me topé con una de las definiciones literarias más cursis de todos los tiempos, el ensayo es el “centauro de los géneros”. Más allá de lo afectado del concepto, lo que nos importa aquí es cómo esa mirada remarca la excluyente supremacía de los varones. Lo central en este caso es constatar que todas las escrituras relacionadas con la verdad o con la exploración de los caminos para llegar a la verdad, e incluso los géneros de opinión, han estado bajo la hegemonía masculina. Las mujeres ensayistas, de tal modo, ocupan un sitio sino invisible, menor. El problema es que esto no es solo un asunto que importe por la apropiación histórica de un género, sino que lo verdaderamente crucial es la conformación de una escena donde la voz legitimada es la que se ajuste al modelo impuesto históricamente por lo varones, es decir, una serie de modos y protocolos que se consideran ‘adecuados’ o ‘pertinentes’.

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